Bruno Máscolo asegura que un nuevo modelo de representación social de las Personas con Discapacidad es posible si logramos entender que existen muchas formas de vivir.
Su tono de voz suave y pausado al hablar es una de las particularidades lo que caracterizan. De aspecto delgado y tez blanca, viste jeans y camisa negra, y un pañuelo de colores que se entremezcla con el lacio de su cabello castaño claro. Músico por vocación y convicción, Bruno Máscolo (27) está convencido de que el espacio se encuentra en la mente, la forma de pensar y percibir el mundo que nos rodea. El resultado de esas apreciaciones es la composición de sus obras.
“Me inspiro en experiencias personales, sentimientos, algunas injusticias, algunos temas vinculados a la realidad social que vivimos, en todo aquello que me moviliza y que, en definitiva, son mis visiones del mundo y trato de pasarlas por el tamiz de las melodías y la poesía”, cuenta Bruno mientras sus pequeños ojos marrones se entrecierran y un profundo respirar interrumpe sus palabras antes de la próxima reflexión: “Es un lindo ejercicio para escucharse a sí mismo”.
A los dos años, Bruno aún gateaba y su familia advirtió que algo no estaba bien. Tras haberlo sometido arduos estudios y evaluaciones, los médicos le diagnosticaron Atrofia Muscular Espinal, una enfermedad genética que, al atacar las neuronas motoras en la médula espinal, afecta el normal funcionamiento de los músculos. Sin embargo, con el tiempo Bruno logró caminar pero a los diez años surgieron nuevas dificultades que, desde entonces, lo obligan a desplazarse en silla de ruedas. Una situación que para él nunca significó un impedimento.
Prueba de ello es que Bruno, con apenas 14 años, era la voz de “Paraselene”, una banda de rock a la que describe como una creación espectacular: “Fue un proyecto que duró más de una década, me encantó e hizo muy bien. Hice música con mi hermano Leo y con amigos del colegio secundario y de la vida, pero la música es mucho más que juntarse a componer y ensayar y nosotros generamos algo impresionante porque tuvimos la posibilidad de vivir experiencias, salir, conocer gente”, recuerda con una sonrisa que delata lo agradecido que se siente por el apoyo que recibió siempre de parte del público y de su familia.
El disfrute como filosofía de vida. Actualmente, entre momentos vividos y sentimientos del pasado y presente volcados en un papel, junto a su hermano, un primo y amigos del barrio, Máscolo construye un nuevo grupo que aún espera expectante la definición de su nombre: “Siempre nos gustó componer y embarcarnos en distintos géneros, por eso estamos armando un disco con una variedad de estilos que creo va a estar bueno”, adelanta este músico y compositor acerca del proyecto que se viene.
No obstante, las expectativas de este joven artista no se agotan únicamente en la música. Estudiante de tercer año de la Licenciatura en Sociología por la Universidad de Buenos Aires (UBA), fue el ferviente deseo de contribuir a lograr una transformación de la realidad social lo que impulsó a Bruno en la elección de la carrera: “Como dice Antonio Gramsci ‘las cosas son de una manera pero pueden ser de otra”, sostiene utilizando una reconocida expresión del sociólogo italiano al que toma como uno de sus principales referentes.
A su vez, al referirse al modelo de belleza hegemónico impuesto en la sociedad, Bruno asegura que “nos afecta a todos, no solamente a las Personas con Discapacidad”. Sin embargo, para que surja un nuevo modelo de representación social de las PcD, considera que “debemos posicionarnos en una batalla cultural de concientización y entender que no existe una única manera de vivir ni en cuanto a nuestra manera de ser, de vernos, de relacionarnos o experimentar la sexualidad. Todos, con o sin diversidad funcional, vivimos de manera diferente”. Advierte, sin embargo, sobre la necesidad de realizar un recorrido histórico acerca de las percepciones que existen sobre las PcD: “Siempre se nos pensó como seres asexuados, a los que se busca proteger de estas cuestiones por una errónea creencia de que vamos a frustrarnos. También se observa el miedo de las familia y el temor que nos trasmiten a medida que crecemos”.
Consciente de que no tiene las mismas condiciones que otras personas, pero entendiendo a la sexualidad como algo más amplio, Máscolo, que hace cinco años está en pareja, ratifica que “la sexualidad es un derecho de todas las personas”. Y, al mismo tiempo, admite que “vivió una buena adolescencia y no tuvo muchos inconvenientes en torno a ella”.
«A nivel macro la inserción de la dimensión de diversidad funcional en la Educación Sexual Integral es clave porque significa plantar ´semillita cultural´, en el sentido de hablarlo en todas las edades y entenderlo como algo diverso, de que se trate en todos los niveles educativos. Porque lo que estigmatiza es el desconocimiento”, sintetiza acerca de la importancia de que la diversidad sea tratada como una dimensión dentro de las políticas de inclusión.
Proyectos a futuro. Su compromiso con las distintas problemáticas sociales que viven las PcD y su deseo de involucrarse en las políticas públicas y en la producción del conocimiento, acrecientan la expectativa de Bruno de desempeñarse en el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET): “Hace unos años atrás, no podía subir a un colectivo porque no había unidades adaptadas y, por suerte, ahora, cada vez más coches están preparados para usuarios con discapacidad. Por eso, de a poco, hay que lograr eso en cada rincón del país”.
Amigo, compañero, voluntarioso y solidario, Bruno busca la felicidad en los pequeños detalles. Esos que después convierte en canciones.